domingo, 31 de octubre de 2010

RECUERDOS TRASHUMANTES

Amanece y se ponen en marcha. Incansables caminan bajo el polvo del camino hasta que se pone el sol. Un día y otro día. Una carrera sin pausa, en soledad.


“Soledad,

sequedad.

Tan pobre me estoy quedando,

que ya ni siquiera estoy

conmigo, ni sé si voy

conmigo a solas viajando.”

(Antonio Machado)

Llega la tarde y buscan cobijo, junto a una encina en Extremadura, un pino en Castilla o un roble en León.

“y al llegar la noche en el suelo nos acostamos

De miles de ovejas y de perros rodeados,

Con un gorrón por cabecera

Que felicidad la nuestra el vivir de esta manera-“

(Martín Fierro)

Hoy es fiesta en el pueblo. Los niños esperan su llegada y les acompañan. La alegría es doble. Ver tantas ovejas pasar por su pueblo es algo que sólo pasa dos veces al año, y encima no tienen escuela. Y a la salida del pueblo los pastos soñados durante el viaje.

¡Como en el alto llano tu figura

se me aparece!... Mi palabra evoca

el prado verde y la árida llanura,

la zarza en flor, la cenicienta roca.

Y el recuerdo obediente, negra encina

brota en el cerro, baja el chopo al río;

el pastor va subiendo a la colina;

brilla un balcón de la ciudad: el mío,

(Antonio Machado)

Nuestro pequeño homenaje a los pastores que tanta vida traían a la Montaña y que sólo dejaban soledad a su paso. ¡Hasta el año que viene! Hoy el asfalto capitalino ha vuelto a oler a campo, como cada año y por muchos más.